Víctor Monge SERRANITO
(Semblanza)
Un joven maestro
En una carrera tan intensa y tan llena de éxitos, es difícil determinar los hitos que configuran su trayectoria. Pero es indudable que la primera grabación es uno de los más importantes. En el caso de Serranito sucedió acompañando a Rafael Farina en su copla “Salamanca” en 1959. Gustó tanto su toque que el sello discográfico La Voz de Su Amo lo contrató de inmediato para grabar su primer disco con cuatro composiciones en solitario en ese mismo día.
En este año y los sucesivos se consolida con una actividad trepidante, ya inmerso en el ambiente flamenco, con un sitio de privilegio en el arte del toque. Compartió cartel con los mas prestigiosos artistas de la época, siendo pionero en los Festivales de Flamenco, acompañando a, El Lebrijano, Antonio Mairena, Rafael Romero “ El Gallina” Jose Menese, Enrique Morente, Gabriel Moreno, entre otros. Realizó varias giras por el mundo con la bailaora Lucero Tena y el cantaor Gabriel Moreno, con los que grabó varios discos en Hispavox.
Preocupado por aprender y por evolucionar, a los 21 años conoce a Narciso Yepes de quien aprende, entre otras técnicas, picados o escalas con tres dedos, cuestión muy comentada en los foros guitarristicos. En 1965 ofrece varios conciertos de guitarra compartiendo cartel con Manuel Cano y Paco de Lucía.
Es en 1969 cuando definitivamente emprende una trayectoria que dura hasta nuestros días como concertista de guitarra flamenca, con sus propios espectáculos, siempre de gran impacto visual y excelente calidad musical. En 1970, la fama de Serranito había traspasado las barreras del por entonces hermético mundo flamenco. En todos los foros sensibles al arte se comentaba el virtuosismo y las magníficas interpretaciones de este joven guitarrista. Prueba de ello es la invitación que recibe, del mismísimo Andrés Segovia, a través del prestigioso constructor de guitarras JOSE RAMÍREZ, con el que le unía una profunda amistad, del mismísimo Andrés Segovia para escucharle directamente, haciendo una excepción, entregándole su crítica escrita y firmada.
"Mi relación con Andrés Segovia fue muy bonita, pues aunque él era un poco antiflamenco, decía que yo era el que menos le disgustaba. Me dio muchos consejos e hizo una crítica muy bella de mis formas musicales, en la cual destacó las técnicas de flamenco sin salpicarlas con impurezas".
Al año siguiente, 1971, obtuvo en Jerez de la Frontera el Premio Cátedra de Flamenco
concedido por la Cátedra de Flamencología, y en el VI Concurso de Córdoba el Premio Nacional de Guitarra de Concierto "Ramón Montoya", siendo el premio de acompañamiento para Ricardo Miño y el de cante absoluto para el Beni de Cádiz.