Víctor Monge SERRANITO

(Entrevistas)

Publicada en La Opinión de Murcia (Abril de 2009)

<< Si Zapatero y Rajoy estudiaran por soleás y seguidillas lo harían mejor >>

Víctor Monge en el Conservatorio Profesional de Música de Cartagena, donde actuó ayer.

Víctor Monge ofreció ayer un concierto en el Conservatorio de Música de Cartagena, dentro de la X Semana de la Guitarra, y triunfó, como es habitual cada vez que sus dedos se acercan a las cuerdas. El maestro, que hoy ofrecerá una conferencia, es considerado uno de los guitarristas más virtuosos de la historia. Ha tocado en los mejores escenarios del mundo, pero sigue conservando intacta la simpatía y la sencillez que lo hacen triunfar como persona.

MAR GÓMEZ

El maestro Serranito comenzó a tocar a los ocho años, pero todavía sigue estudiando y evolucionando. Esta semana está probando una guitarra japonesa y fue con ella con la que tocó ayer en el Conservatorio de Cartagena. ¿Se puede tocar flamenco con una guitarra japonesa?

 

Sí, pero a eso no hay que darle mucho bombo. Yo utilizo siempre la guitarra Ramírez, de las que tengo seis. Para mí, Ramírez fue como un segundo padre.

 

¿Cuántas guitarras tiene?
Once
Y las cuida?
Es que son mis niñas.

Y le han permitido convertirse en uno de los grandes maestros del flamenco. ¿Qué siente cuando le otorgan este título?
Una gran satisfacción. Me considero uno de los representantes de mi generación, aunque hay más culpables, además de mí, de que la guitarra flamenca haya evolucionado tanto. La guitarra está en un momento extraordinario. Ahora se está haciendo muy buena música.
Se ha popularizado el flamenco.
En mi generación era muy complicado acceder al conservatorio para estudiar flamenco y ahora, en Andalucía, ya hay conservatorios con clases de flamenco. Aunque no hay que olvidar que los conocimientos de música son fundamentales, también para tocar flamenco.
Antes no se decía eso.
¡Qué va! Los mayores decían que si estudiabas música, ya no eras flamenco. Pero no es así. El no saber música es un gran handicap a la hora de tocar la guitarra. Yo comencé a los doce años, fui autodidacta y con la experiencia fui adquiriendo los conocimientos.
¿Si hubiese tenido formación musical todo habría sido diferente?
Por supuesto. La generación que vino después de la nuestra tenía conocimientos y mucha experiencia y es magnífica. Los jóvenes actuales también son muy buenos.
Pero el flamenco, a pesar de la formación, sigue siendo pasión.
Por supuesto. El flamenco es una forma de vivir la vida. Aunque también hay que decir que la guitarra y el flamenco también van cambiando como ha cambiado la vida social del país. La forma de sentir ha variado.
¿Se ha perdido pasión?
No se ha perdido nada. Hoy se pueden expresar más cosas.
Entonces hay buenas perspectivas de futuro.
Por supuesto. En mi generación ya nos dimos a conocer en todo el mundo. En 1971 ya actué en el Queen Elizabeth Hall, de Londrés, y días después lo hizo Paco de Lucía. Los bailaores de ahora piensan que son ellos los que están dando a conocer el flamenco, y de eso nada.
Y en Londres o Estados Unidos, ¿entienden bien esta música?
Normalmente los que vienen a nuestros conciertos son gente a la que le gusta todo tipo de música, y saben apreciarla. Y del baile no te digo nada. Cada vez hemos evolucionado más. Ahora Sara Baras la está liando por todos lados.
Cuando habla del pasado se le nota un poco nostálgico, ¿lo echa de menos?
No. Cada época es una forma diferente de vivir y la vida siempre evoluciona para bien. Aunque hoy en día hay que reconocer que los valores se están perdiendo y que la tecnología nos está enfriando la forma de vivir.
¿Cambiaría la política y la economía si sus dirigentes escucharan más flamenco?
Yo creo que todos los políticos deberían ser de Utrera y de Triana. Todos andaluces. De hecho, ahora tenemos a Aído como ministra que es un encanto de persona y una gran conocedora del flamenco. Deberíamos tener dos o tres como ella.
¿Y Zapatero y Rajoy?
Si estudiaran un poquito por soleás y seguidillas lo harían mejor. Me gustaría verles bailar un poco de flamenco con José Bono de guitarrista, seguro que se divertían, dejaban de pelear y lo hacían todo un poco mejor.

 


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